Rayo cósmico gigante aparece en el cielo e intriga a la ciencia

Rayo cósmico asustado – Foto: Reproducción/Internet

Los astrónomos han detectado uno de los rayos cósmicos más potentes jamás observados, con una energía de 240 quintillones de electronvoltios. El fenómeno cósmico fue emitido a la Tierra desde una misteriosa parte del espacio profundo, que puede ser un “vacío” o “corredor” en el universo.

El rayo cósmico –llamado Amaterasu, en honor a la diosa del sol en la mitología japonesa– fue detectado por un sistema de telescopios en Utah, Estados Unidos, en mayo de 2021. El estudio fue publicado ayer en la revista “Science”.

Además de ser uno de los rayos cósmicos más poderosos jamás observados, Amaterasu puede haberse originado en un corredor invisible o «vacío» en el universo. Los rayos cósmicos son grupos de pequeñas partículas de alta energía que se mueven por el espacio casi a la velocidad de la luz. A menudo son detectados por instrumentos en la Tierra y suelen ser el resultado de erupciones solares o explosiones en el sol.

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Pero los científicos dicen que Amaterasu sólo pudo haber surgido del más poderoso de los eventos celestes, mucho más grande que una explosión estelar.

Toshihiro Fujii de la Universidad Metropolitana de Osaka en Japón observó el fenómeno captado por el experimento Telescope Array en Utah:

“Cuando descubrí por primera vez este rayo cósmico de energía ultraalta, pensé que debía haber habido un error, ya que mostraba un nivel de energía sin precedentes en las últimas tres décadas. No se han identificado objetos astronómicos prometedores que coincidan con la dirección desde la que llegó el rayo cósmico, lo que sugiere posibilidades de fenómenos astronómicos desconocidos y nuevos orígenes físicos más allá del modelo estándar”.

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John Matthews, profesor investigador del departamento de física y astronomía de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, también comentó: “Las cosas que la gente considera energéticas, como las supernovas, están lejos de tener suficiente energía para hacerlo. Se necesitan enormes cantidades de energía, campos magnéticos realmente altos para confinar la partícula a medida que se acelera”.

Con 240 quintillones de electronvoltios (EeV), la partícula de Amaterasu tiene una energía sólo superada por la partícula Oh-My-God, otro rayo cósmico de energía ultra alta que se detectó en 1991 y que posee 320 EeV de energía.

Cuando los rayos cósmicos de energía ultraalta impactan la atmósfera de la Tierra, inician una cascada de partículas secundarias y radiación electromagnética en lo que se conoce como una extensa lluvia de aire. Algunas partículas cargadas en la lluvia de aire viajan más rápido que la velocidad de la luz, produciendo un tipo de radiación electromagnética que puede ser detectada por instrumentos especializados.

El descubrimiento de Amaterasu abre nuevas posibilidades para comprender el origen de los rayos cósmicos de energía ultraalta. Los científicos creen que estos rayos podrían ser producidos por eventos astrofísicos extremos, como colisiones entre agujeros negros o supernovas. Es posible que Amaterasu haya sido producido por un evento aún más poderoso y desconocido.

«El descubrimiento de Amaterasu es un hito importante en la astronomía», dijo Matthews. «Nos obliga a reconsiderar nuestras ideas sobre lo que es posible en el universo».