La popularidad de Isabel Díaz Ayuso no tendrá igual entre los líderes del Partido Popular español: en cada velada electoral o acto festivo en el que la líder de la formación conservadora se dirige a sus seguidores en Madrid, siempre hay quien se toma el tiempo para contar los aplausos recibidos por Ayuso y los ganados por Alberto Nuñez Feijóo. Éste ya fue el caso del antecesor de Feijóo, Pablo Casado, que abandonó el cargo precisamente tras un choque frontal con el presidente de la Comunidad de Madrid.
«Le exijo que exija la dimisión de la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid, que tenga coraje y sea valiente, aunque le cueste el puesto, como el señor Casado», dijo ayer Sánchez en Feijóo, durante una acalorada sesión de control gubernamental en el Congreso. El primer ministro responde así a las insinuaciones del líder de la oposición sobre el asunto Koldo, sobre una supuesta corrupción de dirigentes socialistas en la compra de mascarillas durante la pandemia de covid-19.
Pocas horas después del intercambio de acusaciones entre Sánchez y Feijóo, fue Ayuso quien llamó a los periodistas para hacer unas declaraciones sobre los amoríos de su pareja que alimentaron investigaciones periodísticas, denuncias y numerosos debates. Para la dirigente, Alberto González Amador es víctima de “una auditoría fiscal descabellada” y está “acosado” por todos los poderes del Estado”, simplemente por ser su novio. Ayuso incluso negó que Amador emitiera facturas falsas o utilizara empresas fantasma para evadir impuestos, como denuncian los investigadores de Hacienda, que defraudaron a Amador más de 350 mil euros.
Lo extraordinario es que este es sólo un caso entre otros que involucran a la familia de Ayuso y a la propia dirigente madrileña. De ahí la referencia de Sánchez a Casado, el líder del PP que se vio obligado a dimitir tras una crisis interna provocada por la revelación de una investigación que había ordenado sobre una supuesta adjudicación irregular de un contrato a la empresa de un conocido del hermano de Sánchez. El contrato, con el gobierno de la Comunidad de Madrid, le habría reportado a Tomás Díaz Ayuso una comisión de 280 mil euros.
Dentro del PP, los golpes estaban contados y Casado perdió –y Feijóo, entonces peso pesado del partido y presidente de Galicia, jugó un papel fundamental en la definición del proceso que finalmente le llevaría a la presidencia de los conservadores, hace dos años.
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