«No hay daños humanos que reportar, pero hay daños materiales», dijo Cândido Mapute, director regional sur del Instituto Nacional de Gestión de Desastres (INGD).
El distrito de Vilanculo es uno de los que registran más daños.
Las imágenes compartidas por los pobladores muestran casas con techos de zinc destruidos por el viento, caminos inundados, así como árboles y postes eléctricos derribados.
Cândido Mapute destacó el «trabajo de movilización de las familias y alerta» para evitar que el clima cause víctimas.
Varias familias más vulnerables que vivían en alojamientos precarios fueron trasladadas previamente a edificios y refugios seguros, mientras que varios servicios cerraron y las clases se suspendieron el jueves y hoy en la provincia de Inhambane.
Según los servicios meteorológicos, la tormenta ha perdido fuerza y se dirige hacia el interior y luego hacia Zimbabue, aunque conserva el potencial de traer fuertes lluvias en los próximos días.
Las previsiones mantienen en alerta máxima al sur del país, donde los caudales de los ríos son elevados y el suelo está saturado de inundaciones registradas desde principios de mes, especialmente en Maputo y sus alrededores.
La depresión que azotó hoy a Mozambique atravesó esta semana la isla de Madagascar como ciclón tropical, matando a siete personas y afectando a 78.000 personas.
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