Pasó la temporada 2009/10 en Azerbaiyán y volvió a casa. ¿Esperabas volver a jugar en Portugal?
Si cuando fui a Chipre ya decía que sería difícil volver a jugar en Portugal, entonces cuando fui a Azerbaiyán, me dije: realmente se acabó. Hoy hay muchos jugadores que van allí y ganan muy bien, pero en 2010 no fue así. Si nadie estaba viendo el campeonato de Chipre, y mucho menos Azerbaiyán. Pero uno de mis compañeros, Ricardo Domínguez, a quien llamamos Costinha y que resulta ser primo de José Domínguez, me pidió mi DVD y todos mis datos y dijo que los enviaría a todos los clubes portugueses de la Liga I y II. Pensé que solo estaba perdiendo el tiempo y que nadie iba a emitir una tarjeta. Pero terminó respondiendo a Naval. Era Inácio que estaba ahí como entrenador, me conocía del Sporting, dio su visto bueno y así llegué a Naval.
Volvió al fútbol portugués y por fin cumplió su sueño de debutar en la I Liga, con 28 años, ¿no?
Sí, un sueño que también tuve. Los comienzos fueron brutales, era contra el FC Porto, con Hulk, Moutinho, Helton… Y yo jugaba de titular. Fue el francés Victor Zvunka quien me puso en el once inicial, pero en algún momento también se burló de mí.
¿Por qué?
Dijo que yo solo no podía controlar el balón y cuanto más me decía que no lo hiciera más lo hacía y luego me mandaba al campo. Si me siento más seguro controlando el balón con la punta del pie, como en el fútbol sala, ¿a los 28 años iba a cambiar? No.
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