Desde 2003, cuando comenzaron los programas en São Paulo, Brasil celebra el Día Mundial Sin Automóviles el 22 de septiembre. La idea de esta fecha es incentivar a la población a dejar su coche en el garaje al menos 24 horas y a optar por modos de transporte más sostenibles.
Datos del último censo del IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) destacan que la Gran Florianópolis alcanzó, por primera vez, la marca de 430 mil automóviles en los cuatro principales municipios de la región (Florianópolis, São José, Palhoça y Biguaçu). Sólo en la capital la media es de un coche por cada dos habitantes.
Para el coordinador del Grupo de Investigación en Ecología y Diseño Urbano de la UFSC, Francisco Ferreira, las cifras muestran una superpoblación incompatible con la movilidad de la isla. También refuerzan la necesidad de nuevas políticas públicas e incentivos para la transición modal, como el propio Día Mundial Sin Automóviles.
“Los vehículos contribuyen, en general, al 25% de las emisiones de gases que aceleran el efecto invernadero, por lo que reducir estos coches en circulación supone una reducción del impacto ambiental, y por supuesto, una mejora del problema de movilidad. Debemos alejarnos de esta excesiva dependencia del automóvil y avanzar hacia una transición modal: autobús, bicicleta, transporte fluvial, etc.”, afirma.
Menos vehículos, más velocidad
El investigador del Observatorio de Movilidad Urbana de la UFSC, Werner Kraus Junior, afirma haber realizado un estudio en 2016 sobre los efectos sobre la movilidad en Florianópolis si el Día Mundial Sin Autos fuera tomado literalmente por al menos el 20% de los vehículos.
“Si no hubiera tantos coches en las calles, ahorraríamos unos 30 minutos de tiempo en los autobuses e incluso podríamos establecer carriles exclusivos para ellos en diferentes puntos de la ciudad”, explica.
El transporte sostenible debe ser colectivo
Para el director de la Associação Metropólis, Leo Neto, que gestiona el transporte interurbano en la Gran Florianópolis, un cálculo rápido deja clara la importancia del uso de autobuses, en detrimento de los vehículos privados. “La movilidad carece de alternativas, por eso es importante el Día Mundial Sin Coches. Un vehículo de transporte público equivale a 40 coches menos circulando por las calles”, subraya.
En este sentido, el investigador del Observatorio de Movilidad Urbana de la UFSC, Werner Kraus Junior, explica que, además de ganancias en movilidad y sostenibilidad, reducir el número de automóviles en circulación puede traer ahorros a la población. “En la Gran Florianópolis gastamos 3 mil millones de reales al año en gasolina para autos particulares. Todo el sistema de transporte público que opera actualmente en la región – municipal e intermunicipal – cuesta en promedio R$ 500 millones: diésel, conductor y flota. La sociedad tiene mucho que ganar invirtiendo en infraestructuras colectivas”, subraya.
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