El sofá diseñado por Ramaphosa

Imagina este escenario. Un grupo de ladrones entra en una casa para cometer un robo. La casa pertenece al presidente. Los estafadores esperaban encontrar bienes valiosos, pero se superan sus expectativas. Escondidos dentro de un sofá hay millones de dólares. Si con este descubrimiento los delincuentes ya tenían el signo de dólar en los ojos, todavía les esperaba un «bono» porque el político los está sobornando para comprar su silencio.

Esta historia de ladrones astutos y políticos torpes parece sacada directamente de una comedia surrealista y satírica de directores como los hermanos Coen. Sin embargo, es muy real.

Cambia los platós helados de Fargo, una película ambientada en el estado estadounidense de Minnesota, por el calor de Sudáfrica y aquí estamos ante el escándalo en el que se ve envuelto el presidente Cyril Ramaphosa.

Este asunto es objeto de una investigación por parte de una comisión parlamentaria independiente, que publicará un informe sobre la responsabilidad del presidente sudafricano el 6 de diciembre y emitirá conclusiones que podrían conducir a una posible votación para su destitución.

Ramaphosa, un rico hombre de negocios y ex ícono de la lucha por la liberación que incluso fue respaldado por Nelson Mandela para ser su sucesor, se declaró inocente. Sin embargo, los cargos, presentados por un rival vinculado al expresidente Jacob Zuma (acusado de varios delitos de corrupción), aún apuntan a un encubrimiento policial.

Mientras el gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) se prepara para elegir un nuevo líder el próximo mes, muchos sudafricanos temen por el futuro de su país.

«La mayoría de los sudafricanos están preocupados por lo que sucederá a continuación, nadie está listo para reemplazar a Ramaphosa», dijo a la BBC la analista política Thembisa Fakude. “Es el principio del fin para el ANC, pero tanto mejor. La ANC ya ha hecho su trabajo. Liberado el país. Es hora de algo nuevo».