Aproximadamente un mes después del inicio de la erupción, hoy se ha producido el mayor terremoto (4,6), a una profundidad de 37 kilómetros, circunstancia que, según la portavoz científica del Plan d Emergencia volcánica en Canarias (Pevolca), María José Blanco, es posible que se repita.
También hoy, las aerolíneas han cesado sus operaciones en el aeropuerto de La Palma debido a la nube de ceniza provocada por el volcán que podría afectar el espacio aéreo entre La Palma, La Gomera y el norte de Tenerife.
A pesar de que los aeropuertos del resto del archipiélago siguen funcionando, el de La Palma se encontró con grandes limitaciones, lo que obligó a cancelar 30 de los 34 vuelos programados.
«La evolución de la nube de cenizas, originada por la erupción volcánica de La Palma, nos obliga a mantener temporalmente los aviones en conexión con la isla en tierra hasta el domingo», anunció la compañía aérea Binter en un comunicado de prensa difundido hoy.
Las malas condiciones meteorológicas se mantendrán entre 24 y 36 horas, dijo Blanco, quien en la rueda de prensa posterior al encuentro de Pevolca dio una buena noticia: el nuevo punto eruptivo que apareció el viernes es hoy con menos actividad y sigue expulsando solo cenizas.
No es previsible que este nuevo punto eruptivo emita magma y, en principio, su actividad se limita a la creación de una columna de ceniza, que alcanza una altitud de 4.500 metros.
Según los expertos, la existencia de tubos de lava y el hecho de que las fundiciones hayan aumentado de altura y se hayan ensanchado levemente dificultan el avance del frente de flujo de lava.
El área afectada por la erupción es de aproximadamente 742 hectáreas, con un ancho máximo de 2.350 metros, con 1.923 edificaciones afectadas, de las cuales 1.826 están totalmente destruidas y 97 en peligro.
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