La variación anual de precios en la primera economía del mundo se elevó hasta el 3,2% en julio, dos décimas más que el mes anterior. El valor salió en línea con lo esperado por la mayoría de los economistas.
La inflación en Estados Unidos, medida por el índice de precios al consumidor (IPC), se aceleró en julio hasta el 3,2% interanual, anunció este jueves el Departamento de Trabajo estadounidense. La cifra estuvo en línea con las estimaciones de la mayoría de los analistas.
Frente al mes anterior, la variación del IPC fue del 0,2%, aumento idéntico al registrado en junio.
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles de la energía y los alimentos, cayó un ápice hasta el 4,7 % interanual.
La aceleración de la inflación general estuvo impulsada por los precios de la vivienda, que aumentaron un 7,7% interanual, y los precios del transporte, que aumentaron un 9%.
En los productos alimentarios, los precios subieron un 4,9% respecto a julio del año pasado -ocho décimas menos que en junio-, mientras que los precios de la energía bajaron un 12,5% (en junio bajaron un 16,7%). La caída en los precios de la energía estuvo impulsada principalmente por la fuerte caída en los precios de los combustibles (-20,3%), siendo la electricidad el único componente que incrementó los precios, con un aumento del 3% en un año.
A pesar de la aceleración del IPC, muchos analistas creen que la caída de la inflación subyacente podría llevar a la Reserva Federal (Fed) a no subir tipos clave en su próxima reunión de septiembre.
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