Nuestro sistema solar parece un croissant desinflado, reveló la NASA después de desarrollar una nueva predicción de la forma de la burbuja magnética que rodea nuestro sistema solar.
Utilizando datos de misiones de la NASA, un modelo actualizado de nuestro sistema solar sugiere que la forma de la burbuja de influencia del Sol, la heliosfera, puede ser una forma de croissant desinflado, en lugar de la forma de cometa de cola larga sugerida por otras investigaciones.
La forma de la heliosfera es más que una cuestión de curiosidad académica. La heliosfera actúa como escudo de nuestro sistema solar contra el resto de la galaxia.
Según una nueva investigación publicada en la revista Nature Astronomy, todos los planetas de nuestro sistema solar están encerrados en una burbuja magnética, tallada en el espacio por el material que fluye constantemente del Sol, el viento solar.
Fuera de esta burbuja está el medio interestelar: el gas ionizado y el campo magnético que llena el espacio entre los sistemas estelares de nuestra galaxia.
Tradicionalmente, los científicos han pensado en la heliosfera como una forma de cometa, con un borde de ataque redondeado, llamado nariz, y una cola larga detrás.
La forma de la heliosfera es difícil de medir desde dentro.
El borde más cercano de la heliosfera está a más de 10 mil millones de millas de la Tierra.
La misión Interstellar Boundary Explorer, o IBEX, de la NASA, estudia la heliosfera.
Merav Opher, autor principal de una nueva investigación en la Universidad de Boston, y sus colegas utilizaron datos de misiones científicas planetarias de la NASA para caracterizar el comportamiento del material en el espacio que llena la burbuja de la heliosfera y obtener otra perspectiva de sus fronteras.
«Debido a que los iones captadores dominan la termodinámica, todo es muy esférico. Pero debido a que abandonan el sistema muy rápidamente más allá del choque de terminación, toda la heliosfera se desinfla», dijo Opher.
La forma de la heliosfera también es parte del rompecabezas para buscar vida en otros mundos.
La radiación dañina de los rayos cósmicos galácticos puede hacer que un mundo sea inhabitable, un destino evitado en nuestro sistema solar debido a nuestro fuerte escudo celeste, dijeron los investigadores.
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