«YEsperamos y pronosticamos picos de calor muy fuertes y muy altos y olas de calor de 50 grados. El clima de París se parecerá en los próximos años al de una ciudad como Sevilla, en el sur de España», afirmó Dan Lert en una entrevista con la agencia EFE, tras un periodo en el que Francia batió récords históricos de temperatura en el final del verano.
Según el funcionario, París está en una «carrera contra el tiempo» contra la crisis climática y las olas de calor extremas son el «desafío número uno» para la ciudad.
Para afrontar este desafío, que representa enormes inversiones, París prevé plantar 170.000 árboles de aquí a 2026, eliminar las plazas de aparcamiento y transformarlas en espacios verdes de aquí a 2030 y eliminar el 40% del asfalto.
“La idea es pasar de una ciudad como un radiador, que tiene un efecto de isla de calor urbana, a una ciudad que sea un oasis”, afirma Lert.
Los edificios residenciales, en particular, tendrán que adaptarse, pero la transformación plantea importantes cuestiones sobre la preservación del patrimonio parisino, tan estrechamente vinculado a la estética de los edificios.
«Tenemos techos de zinc en París, que son la belleza de París, pero un techo de zinc hace 80 grados. Y cuando tenemos picos de calor que van de 40 a 50 grados, tenemos que aislar estos edificios», subrayó Dan Lert.
Los tejados negros, por ejemplo, concentrarían menos el calor si estuvieran pintados de colores claros, como ya se hace en algunos edificios públicos.
Las obras necesarias para mejorar el aislamiento interior se ven a veces obstaculizadas por las autorizaciones de conservación del patrimonio y el concejal pidió a los Arquitectos de la Construcción de Francia que modifiquen sus procedimientos y acepten que «el paisaje parisino está cambiando para protegerse».
«Una persona mayor que vivía bajo un techo sin aislamiento tenía cuatro veces más probabilidades de morir de calor», ilustró el funcionario, basándose en estudios relativos a una intensa ola de calor en 2003.
Los ritmos de la ciudad también tendrán que cambiar para aprovechar las horas más frescas, añadió Lert.
También serán esenciales más fuentes, sombrillas y rociadores de agua en toda la ciudad, que se instalarán este verano y en el período previo al verano de 2024, que coincide con los Juegos Olímpicos.
El acontecimiento deportivo dejará también otro legado a una ciudad más habitable en épocas de calor: cumplir la promesa hecha a finales de los años 1980 por el entonces alcalde, Jacques Chirac, de poder nadar en el Sena.
Hasta el momento no se han podido realizar las pruebas de aguas abiertas y triatlón previstas para agosto, debido a las lluvias y el nivel de suciedad del agua, pero sí las obras previstas, como los cisternas para almacenar y potabilizar el agua, que hacen que este escenario posible el próximo año.
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