En el calor sofocante del desierto de Thar en la India, donde las temperaturas pueden superar los 50 grados centígrados en verano, una escuela con su arquitectura distintiva es un oasis de frescura, incluso si no tiene aire acondicionado.
La escuela para niñas Rajkumari Ranavati utiliza la misma piedra arenisca amarilla utilizada en un fuerte del siglo XII en la cercana ciudad de Jaisalmer, en el estado occidental de Rajasthan, en la India, llamada la «Ciudad Dorada» debido al color de la piedra.
La escuela también tiene paredes gruesas que ayudan a bloquear el calor, mientras que el interior está cubierto de cal, un material poroso que regula la humedad y ayuda a mantenerte fresco.
Los paneles solares instalados en el tejado proporcionan electricidad a la escuela, en una zona que sufre frecuentes cortes de energía.
La temperatura dentro de la escuela -diseñada por la arquitecta estadounidense Diana Kellogg y construida por trabajadores locales- es hasta un 20% más baja que en el exterior.
Esta fotografía aérea tomada el 6 de agosto de 2024 muestra una vista aérea de la escuela para niñas Rajkumari Ratnavati en la aldea de Kanoi, cerca de Jaisalmer, en el estado desértico de Rajasthan, India.
Créditos: AFP/Idrees Mohammed
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“Me gusta ir a la escuela”, dijo Khushboo Kumari, de ocho años, uno de los 170 estudiantes. «Es como el aire que sale de un aire acondicionado», explica.
Las clases del colegio se distribuyen alrededor de un patio elíptico similar a un coliseo romano. Sus paredes de lamas brindan sombra y permiten la circulación del aire. Las altas ventanas dejan escapar el aire caliente, mientras que el techo plano recoge el agua de lluvia. En algunos lugares, las paredes tienen perforaciones que facilitan la ventilación.
«Hay ventilación cruzada», dijo el director de la escuela, Rajinder Sing Bhati, de 29 años. «Los ladrillos blancos de la terraza reflejan la luz del sol». “Es completamente ecológico”, garantiza.
Según el gobierno, India ha sufrido este año la ola de calor más larga de su historia. El termómetro superó los 50ºC y se avecinaba un calor aún más intenso.
Manohar Lal, de 32 años, padre de un estudiante, dice que a los niños les encanta ir a clases por el frescor que hay dentro.
La escuela utiliza la misma piedra arenisca amarilla que el fuerte del siglo XII en la vecina ciudad de Jaisalmer, en el estado de Rajasthan, en el oeste de la India, apodada la «Ciudad Dorada» por el color de la roca.
Créditos: AFP/Idrees Mohammed
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«En Rajastán hay muchos cortes de electricidad y los niños sufren cuando la temperatura alcanza casi los 50 grados centígrados en verano», dijo Lal afuera de su modesta casa de ladrillo y barro, que carece de ventilador de techo.
“En la escuela no es un problema porque hay energía solar”, añadió. «Es aireado y fresco, por eso a los niños les encanta la escuela».
Su proyecto se centró en combatir el calor abrasador, pero también enfrenta otro problema exacerbado por el cambio climático: las inundaciones.
Según los expertos, las fuertes lluvias monzónicas, normalmente de junio a septiembre, se han vuelto más frecuentes e intensas debido al cambio climático.
El aumento de las precipitaciones empezó a afectar a la escuela, que fue diseñada para un clima más seco.
Rajan Rawal, profesor del Centro de Planificación Ambiental y de la Universidad Tecnológica de la India, dijo que el aumento de las precipitaciones afecta a los edificios diseñados para un clima diferente.
«Desastres como olas de calor e inundaciones afectan la estabilidad estructural», dijo Rawal.
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