El Kremlin dijo el sábado que el presidente Vladimir Putin está sufriendo la masacre de la semana pasada en una sala de conciertos de Moscú, aunque no es visible desde el exterior.
Más de una semana después de que hombres armados atacaran la sala de conciertos Crocus City Hall al noroeste de Moscú, matando a 144 personas e hiriendo a cientos más, Putin aún no se ha reunido públicamente con los sobrevivientes ni ha visitado el lugar del ataque.
Esto fue a pesar de los informes de los medios rusos de que diplomáticos occidentales, incluidos los de la Unión Europea y Estados Unidos, visitaron el sábado un monumento improvisado a las víctimas fuera del sitio.
El portavoz Dmitry Peskov dijo a un periodista de la televisión estatal que Putin estaba afrontando la tragedia a su manera.
“Créame, si no ve lágrimas en su rostro, eso no significa que no esté sufriendo. Y es poco probable que alguien reconozca y comprenda lo que está pasando”, afirmó.
El Kremlin no dio indicios esta semana de que el líder ruso tuviera previsto visitar a las familias de las víctimas del ataque, el más mortífero en el país en dos décadas.
En cambio, las agencias de seguridad se centraron en los responsables y arrestaron a una docena de sospechosos, incluidos los cuatro presuntos atacantes de Tayikistán.
Desde el ataque del 22 de marzo, los yihadistas del grupo Estado Islámico han afirmado repetidamente que eran los responsables, y los canales de noticias afiliados a ISIS han publicado videos gráficos de los hombres armados en el interior.
Aunque Putin reconoció que los “islamistas radicales” fueron los responsables de la matanza, siguió afirmando que Ucrania estaba de algún modo involucrada, sin aportar ninguna prueba.
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