“Rusia se está volviendo dependiente de China. En términos geopolíticos, Putin es un idiota.

Autor de una «Historia de la Rusia moderna, de Nicolás II a Putin», Robert Service recurre a la historia para enfatizar que los problemas en un estado autocrático solo existen hasta que surgen en forma de manifestaciones y protestas sociales. Rusia es, por tanto, un país con un destino impredecible, pero que con toda seguridad ha dictado su dependencia de una superpotencia: China. El peligro vive al lado, garantiza el historiador británico. En esta entrevista con Expresso, el investigador y autor asevera que las actitudes políticas y posiciones ideológicas de Putin son suficientes para juzgar hasta dónde llegará su línea de acción. No es necesario investigar y tratar de comprender el diagnóstico del líder ruso, que debería indicar un «estado de salud crónico», suplica Robert Service.

La división en el Kremlin también puede ser real, pero por ahora Putin está enfrentando a líderes potenciales entre sí, permitiéndose sobrevivir. Incluso si su tiempo es limitado (que puede que ya haya establecido).